¿Qué está sucediendo, que a pesar de toda la información que existe ya en los programas educativos, los medios de comunicación y la apertura en el tema de sexualidad, las adolescentes se siguen embarazando?
Las cifras refieren que anualmente hay más de 400 mil bebes de madres menores de edad, es decir representa el 20% de los nacimientos al año. Y los aumentos han sido notorios en el norte del país, cuando estos se encontraban más en el sur y en poblaciones indígenas o de bajos recursos económicos. Y el problema quizá se agarba cuando estas menores dejan el estudio, registrando 17,000 deserciones aproximadamente. México ocupa entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la lista de mayor embarazos con 67 por cada mil adolescentes.
Hoy las campañas se han empezado a dar en todos los medios de comunicación, como es la “ NINI, ni me infecto, ni me embarazo”. Sin embargo pareciera que esto no tiene que ver con la información si no con un cambio de actitud frente a la vivencia de la sexualidad.
La problemática pareciera ser la consecuencia de haber dejado de atender los temas de sexualidad a través de programas educativos por varios años, teniendo como idea que la información era la que generaba más relaciones sexuales a temprana edad.
Sin embargo en varias investigaciones sobre la información del uso de anticonceptivos, arrojo que la mayoría de los adolescentes conoce por lo menos dos métodos de protección, aunque no saben usarlos bien o por lo menos eso refieren, tomando en cuenta que los adolescentes siguen teniendo la creencia que a no les va a suceder nada; ni tener un embarazo y mucho menos una ITS o incluso un contagio de VIH.
Esto, pareciera entonces que los programas de sexualidad se siguen abordando de manera informativa y no desde una visión formativa. Es decir, la información es básica y meramente biológica con tintes psicológicos, dentro de la materia de biología a partir de cuarto de primaria.
Sumado esto al miedo que los padres de familia tienen y con ello se siguen negando a programas integrales donde más que información, los y las alumnas adquieran habilidades de vida, tenido como finalidad el uso de la libertad sexual, pero con una responsabilidad más real. Y esto no solo tendría que ver con la genitalidad, si no con la manera de repensarse como hombres y mujeres dentro de una sociedad tan cambiante.
Bibliografía:
www.unicef.org/mexico/spanish/ninos_6879.htm
eleconomista.com.mx/sociedad/2014/09/24/mexico-primer-lugar-ocde
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