
La mutilación genital femenina (MGF) es la alteración o lesión de los genitales femeninos por motivos no médicos. En diciembre de 2012, la Asamblea de las Naciones Unidas empezó a tomar en cuenta este problema para adaptar una serie de resoluciones con vistas a eliminar esta práctica por ser considerada una violación a los derechos humanos de las mujeres, dado el peligro grave que representa a la salud física, psicológica y emocional de mujeres y niñas.
Estos intentos de generar la abolición a estas prácticas han sido dirigidos principalmente África, donde dicha práctica forma parte de una tradición, con una serie de creencias que la justifica. Hoy son 200 millones de mujeres quienes sufren esta mutilación y 3 millones de niñas que están en riesgo de padecerla.


Las estructuras socioculturales de las sociedades que practican la MGF otorgan identidad étnica y de género a las niñas. Esta práctica se lleva a cabo bajo la creencia de que ayuda a preservar la virginidad, prevenir la promiscuidad y aumentar las oportunidades matrimoniales. Además, se asocia con la belleza y existe la creencia de que, si no se realiza, el clítoris puede crecer demasiado. También se considera que tener una MGF es más higiénico, mejora la salud, potencia la fertilidad y facilita el parto, evitando la muerte de los recién nacidos.
En algunas comunidades, se lleva a cabo como un rito de paso de la infancia a la edad adulta, iniciando a las niñas al mundo de las mujeres y transfiriendo los conocimientos necesarios para su inclusión en la comunidad. En otros casos, la MGF se realiza por la creencia en un mandato religioso. Aunque no sea una prescripción del Islam, la MGF se considera una Sunna (tradición recomendada). También es practicada por cristianas coptas y judías falashas.
Según Arnold Van Gennep (1960), los ritos se dividen en tres fases. En el caso de la MGF se observan las siguientes etapas:
- Fase física: Se realiza el corte, que simboliza la separación.
- Fase cultural: Durante el tiempo de cicatrización, se transfieren los saberes y conocimientos del mundo de las mujeres a las niñas (proceso de marginación).
- Fase social: La niña es presentada públicamente, reconociéndose su nueva condición y estatus social (de agregación).

La propuesta metodológica es preservar el ritual de "Iniciación" sin que implique mutilación, ya que este ritual forma parte de la identidad étnica y de género. Eliminar la parte física (el corte) va en contra de los derechos humanos, violando los derechos de las mujeres y niñas a la integridad física y mental, y afecta directamente a su salud sexual y reproductiva.


La abolición de la mutilación genital femenina está relacionada no solo con una identidad étnica, sino también con un problema más amplio de control social de la reproducción biológica a través de la sexualidad, marcando los roles sociales de cada género. Para muchas sociedades, el clítoris es considerado la parte masculina de la mujer, y al extirparlo, se las coloca en una posición social dominada. Este acto es una violación de su integridad física, provocándoles dolor, que forma parte del proceso.
El análisis de Pierre Bourdieu sostiene que los ritos de iniciación son una forma de legitimar la diferencia entre hombres y mujeres, sustentando las relaciones de poder y desigualdades. La escisión se piensa para desvirilizar a las mujeres, reduciendo su posición social.
La MGF es una discriminación contra las niñas y una violencia ejercida desde un sistema patriarcal, desmitificando la concepción de que es solo un rito de transición o una tradición familiar.

Si bien muchas mujeres desde pequeñas viven psicológicamente la “circuncisión femenina”, a través de la invisibilización léxica, es decir, quitando el nombre y castrando la posición de los órganos femeninos externos, que son esenciales para el placer de la mujer.
Freud, como padre de la psicología, propuso la teoría de la envidia del pene (por no tenerlo) y el miedo a la castración, intentando entender la histeria femenina vinculada al displacer sexual. Este fenómeno cultural y de creencias en el que el placer se consideraba (y aún se considera) exclusividad del hombre, incluso en situaciones de incesto.
De aquí se puede comprender por qué hoy en día se sigue invisibilizando a la mujer, una manera de desvirilizarla en un sistema patriarcal que la ve solo como un objeto reproductivo, llamándola vagina o de otras maneras, y construyendo miedo en torno al placer, para lograr su desconocimiento y subordinarla en un ejercicio de poder y control sobre su sexualidad.
Sin duda, existen diferentes tipos de circuncisiones, incluso dentro del mismo acto, pero lo importante es que cualquier tipo de circuncisión es una violación a los derechos humanos fundamentales.

De los retos más complejos en primera instancia es pronunciar el nombre correcto a los genitales externos de las mujeres. Si bien muchos de los países occidentalizados a pesar de no llevaren todos los lugares la práctica física como tal de la mutilación femenina, otra manera de hacerlo es por medio de la mutilación a nivel del pensamiento; ya que al no nombrarlo deja de existir. La palabra vulva pareciera estar vetada en el léxico en la educación de la sexualidad, implicando miedo al erotismo de la mujer. Desde lo que significa, hasta lo que la define. La vulva es el genital expuesto. y además de ser una parte del cuerpo de la mujer, su significado es relevante en el desarrollo de la sexualidad y por ende de la libertad del cuerpo de la mujer. Su exacerbado control patriarcal, desde miles de sistemas de creencias ha llevado a que ni siquiera sea nombrada, invisibilizada y representada como vagina, la cual es una entrada / conducto al genital interno, donde se da la penetración o se genera el parto, acción que implica solo la reproducción de la mujer y no el placer de ella, que ha sido el motivo sustancial de la mutilación genital física.
Por ello es importante que la erradicación de este acto empiece con el significado que se le da, quitando el control y sometimiento del placer por el miedo del hombre a la libertad del erotismo de la mujer.
El reto entonces comienza en ver que tanto las mujeres se mutilan desde lo que significa su propia vulva y entonces cuestionar, porque son las mismas mujeres quienes mutilan físicamente a otras.
Giselle Ureta Sánchez (2025)
Abolir la MGF desde una construcción social que este diseñada metodológicamente con educación sexual integral, donde se aclare las repercusiones tanto físicas como psicológicas que esta tiene.
REFERENCIAS
1. Introducción a la Mutilación Genital Femenina desde la Antropología. Adriana Kaplan Marcusán.
2. Las mutilaciones genitales femeninas: reflexiones para una intervención desde la atención primaria. Adriana Kaplan Marcusana,Pere Torán Monserratb,Maria Helena
Bedoya Murielc,Kira Bermúdez Andersond, Juani Moreno Navarroe y Bonaventura Bolíbar Ribasf.
3. Aspectos socioculturales y legales de la mutilación genital femenina: experiencias transnacionales de prevención y protección. Actas del Congreso Internacional Celebrado en Madrid, 3 y 4 de febrero 2017. Dirección académica por: Laura Nuño Gómez. Universidad Rey Juan Carlos ADRIANA Kaplan Marcusan, Fundación Wassu (Universidad Autónoma De Barcelona)
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